Este voluntario de primera hora, fue encuadrado en un Tercio del Requeté, unidad tipo batallón nutrida por voluntarios, mal que bien, pertrechados por el ejército.
Unidades con mandos e idiosincrasia propias, los Tercios Requetés fueron el pilar fundamental de las fuerzas de maniobra, durante los primeros compases de la guerra, en los frentes castellanos del norte, vascos y aragoneses. Fuertemente ideologizadas, estas unidades hicieron gala de su combatividad y de su personalidad durante toda su trayectoria bélica.
Nuestro requeté fue equipado en los almacenes de un cuartel de caballería, lleva la guerrera modelo 1926, común a todo el ejército en la época, sin distintivos. Correaje de un solo tirante y una sola cartuchera, con la hebilla tapada por el cacillo, propia de la caballería y de la artillería montada y terciada al hombro, la manta cuartelera, modelo de manta que ha permanecido durante muchas décadas de servicio en nuestros ejércitos y aunque no sea prenda de uniformidad, bien se merece un pequeño homenaje y una destacada mención por haber resguardado a generaciones de soldados.
Como prenda de cabeza, se cubre con la inconfundible boina roja, de lana, de una sola pieza, sin forro ni refuerzos, identificativa de la Tradición.
Sobre el bolsillo lleva el “detente”, el símbolo de su religiosidad plasmado en el Corazón de Jesús.
Como arma ha recibido una carabina Máuser española modelo 1895, del calibre 7x57, para plazas montadas, pesa 3200grs y mide 943mm. No lleva baqueta ni le corresponde bayoneta.
Nuestro requeté se ha apresurado a personalizarla, grabando el lema de la Tradición en su costado izquierdo.
Ha colaborado en este uniforme Beltrán
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