Uno de los
ejercicios clave en la instrucción militar es el del tiro.
Veamos cómo se
desarrollaba uno de los citados ejercicios al final de los años 50.
Tras la llegada
al campo de tiro, se procede a distribuir la munición, ante la atenta mirada de
sus mandos.
Los soldados
visten el mono de instrucción (del que nos ocuparemos otro día), gorrillo y
correaje.
Se forma la
línea de tiradores y los soldados revisan su arma, en este caso el mosquetón Coruña.
A la voz
reglamentaria, se procede a cargar el arma.
Se colocaba el
peine de 5 cartuchos sobre el depósito y presionando sobre ellos con el pulgar,
se introducían, quedando fuera la guía del peine.
Uno de los
soldados ha tenido un problema, por lo que deposita su arma cargada en el
suelo. Los mandos se acercan a revisarla mientras los demás siguen tirando.
Se han
disparado ya los 5 cartuchos, pero debe comprobarse que efectivamente todo el
mundo ha disparado 5 veces y no queda ninguno en los mosquetones.
Hay que
acercarse a los blancos para comprobar los impactos y parchearlos para que los
use la siguiente tanda de tiradores.
¡Madre de Dios!
Es que no he metido ninguna...
Han
colaborado Beltrán y DONPACO
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