Real Decreto Cuartel General de Estella de 9 de Noviembre de 1873.
La medalla creada
para perpetuar la memoria de un hecho que tanto honra a mi Ejército. Carlos
VII, Ejército Carlista Conmemora la victoria en los combates sostenidos por el
Ejército del Norte en la Batalla de Montejurra. Tercera Guerra Carlista,
1872-1876. Tendrán derecho a usar esta medalla los Generales, Jefes, Oficiales
y clases de Tropa. Según Francisco Hernando, en su obra La Campaña Carlista publicada en
París en 1877, el diseño fue encargado por Don Carlos VII a su dibujante de
campaña, Don León Abadías, natural de Huesca, agregado al Estrado Mayor, en el modelo debía
mencionarse que la victoria se había obtenido el día de la Virgen, la
Inmaculada Concepción.
Diseño.- Medalla
en forma de cruz con cuatro brazos rectos. De 38 x 38 mm. Anverso en tres de
los cuatro brazos se lee DIOS, en el superior, PATRIA, en el izquierdo y REY,
en el derecho, círculo central con la inscripción de la fecha 7,8,9 NOVIEMBRE
1873 y orlada la inscripción PATROCIONIO DE LA Sma. VIRGEN y tres estrellas de
cinco puntas en la parte inferior. Cuatro lises en los entrebrazos y corona
Real y anilla de ramos de laurel. Reverso liso,
Cinta roja.
Se fabricaron
ejemplares en plata y bronce.
REAL DECRETO
Queriendo
conmemorar el brillante hecho de armas que tuvo lugar en los días 7, 8 y 9 de
este mes al pie de Montejurra y Monjardín, y dar al mismo tiempo una prueba de
mi gratitud y satisfacción por el heroico comportamiento de mi valiente
Ejército,
Vengo en decretar
lo siguiente:
Artículo
l. Se crea una medalla de distinción para perpetuar la memoria de un hecho que
tanto honra a mi Ejército.
Artículo
2. Tendrán derecho a usar esta medalla los Generales, Jefes Oficiales y clases
de Tropa que asistieran en cualquiera de los tres días a tan gloriosa batalla.
Artículo
3. Esta medalla será de hierro en forma de cruz, llevando en el centro las
fechas de combate, en el exergo la leyenda «Patrocinio de la Virgen», y en los
brazos superiores DIOS, PATRIA REY, con cuatro flores de lis en los ángulos.
Irá pendiente de
cinta roja; todo con arreglo al modelo aprobado.
Dado en mi
Cuartel Real de Estella a 9 de noviembre de 1873
CARLOS VII
Por orden general de 11 de noviembre de
1873 se previene a los Comandantes Generales de Navarra, Vizcaya, Álava y Rioja
para que por conducto del General en Jefe dirijan listas al Cuartel General por
batallones, baterías y escuadrones de todos los individuos con derecho a esta.
BATALLA
DE MONTEJURRA
En España se había proclamado la I República tras
la abdicación de Amadeo de Saboya, que había sustituido a Isabel II, a su vez
destronada por la Revolución de 1868. Levantados de nuevo en armas los
seguidores de Don Carlos VII, Tercera Guerra Carlista, lucho en reclamación de
sus derechos dinásticos a la corona de España, sufrieron en Oroquieta, junio,
1872, una humillante derrota a manos del general Moriones. Sin embargo, las
sucesivas victorias carlistas de 1873 llevaron la consternación al Gobierno
republicano, sobre todo cuando Estella fue proclamada Corte del pretendiente Carlos
VII. El mismo general, se lanzó al comenzar noviembre sobre la ciudad del Ega
para dar a la insurrección del Norte un golpe definitivo. El Ejército Carlista
contaba con unos 8.000 hombres. Al pie de Montejurra se desarrollaron varias
batallas, fue la del 7, 8 y 9 de noviembre de 1873.
Los confidentes
del pretendiente habían avisado que el general Moriones concentraba sus fuerzas
en Tafalla y Puente la Reina y venía de Logroño con la idea de entrar en
Estella. El día 7 salió Moriones de Los Arcos al amanecer, por la carretera de
Logroño a Estella, 22 batallones, 8 piezas Krupp, 14 de montaña y cerca de 1000
caballos, todas sus fuerzas incluida la División de la ribera, flanqueo las
gargantas de la sierra de Cogullo, dividiendo sus fuerzas en dos columnas con
la intención de envolver las posiciones carlistas y apoderarse de Montejurra y
Monjardin, llevando como auxiliares a los generales Primo de Rivera, Ruiz Dana.
Tello y otros. Avanzando por la carretera de Estella hasta encontrarse con la
facción carlista, ocupando los pueblos de Villamayor Urbiola, Luquin, y
Barbarin, que están formando anfiteatro, y fortificados en las alturas que los
dominan. A los 1.000 metros se rompió el fuego de cañón por ambas partes con
poca fortuna por parte de los carlistas, pues sus granadas causaron pocas
bajas, pero el acierto de la artillería republicana, que apago enteramente el
fuego carlista, haciendo desalojar los pueblos, replegándose a las alturas. Una
batería republicana se apodero de Barbarin y de las alturas que lo dominan
hasta que se hizo la noche. Ocupo los pueblos de Luquin, Barbarín y Urbiola,
que despejaba el camino a Estella, Moriones anuncio precipitadamente la toma de
la capital del Estado carlista.
Por su parte el
general carlista Ollo tomó inmediatamente sus disposiciones y colocó en línea
los batallones 1° de Castilla, 1° de Arratia, de Durango, de Guernica y de la
Rioja, más cuatro batallones de Álava, cinco navarros y unos 200 caballos
mandados por el coronel Pérula y cuatro cañones de montaña. Al romper el fuego,
se presentó el general Elío, y a mediodía lo hizo Carlos VII, que estuvo junto
a sus voluntarios presenciando los combates y los movimientos de sus
batallones, que duraron todo el día y parte del siguiente, pese al mal tiempo
reinante. La reacción y
enconada resistencia de los batallones navarros le obligó a batirse en
retirada, dejando numerosas bajas y buena parte de las provisiones, ya que los
carros de avituallamiento tuvieron que usarse para transportar gran número de
heridos. La noche del 8 supieron los
carlistas que Moriones se retiraba hacia su punto de partida el pueblo de Los Arcos,
y el general Elío ordenó su persecución.
Los batallones republicanos que más han sufrido en la batalla de la línea de
Montejurra han sido los de la vanguardia, el de Ciudad Rodrigo y el de Puerto Rico.
El Ejército Republicano ha sufrido más de 1000 bajas entre muertos y heridos.
Se celebró un “Te Deum” en acción de gracias,
Carlos VII instauró una medalla conmemorativa de la victoria y visitó a los
heridos, tanto carlistas como liberales, atendidos en el hospital de Iratxe,
fundado por su mujer, Margarita de Parma. A partir de entonces, la palabra
Montejurra quedó grabada en la historia del carlismo como una gesta de héroes.
Han colaborado gri, Beltrán y DONPACO
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